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EL PAIS y ABC: la Cruz de esta Historia

Por Narrador - 1 de Octubre, 2006, 6:00, Categoría: Informe del Acido Bórico

El perito que vinculó a ETA con el 11-M confiesa que fue una "elucubración" 

Madrid - La investigación emprendida por el juez Baltasar Garzón a raíz de una denuncia sobre una supuesta ocultación de pruebas policiales en la investigación de los atentados del 11-M ha dado un giro radical al caso. El magistrado, tras las diligencias realizadas el jueves y el viernes pasados, imputó por presunta falsedad en documento público a los tres peritos que vinculaban esta matanza con el terrorismo de ETA a partir del hallazgo de un insecticida (ácido bórico). En las declaraciones en la Audiencia Nacional de los tres agentes de la Policía Científica que realizaron ese informe se aprecia que ni ellos defienden esa teoría.

Manuel Escribano, el perito que dirigió la investigación y elaboró el dictamen en el que se vinculaba a ETA con el 11-M en razón de que uno de los islamistas tenía en su poder ácido bórico y esa sustancia había sido encontrada cuatro años antes en un piso franco de la banda terrorista vasca, ha confesado ante el juez que se trató de una "elucubración", según fuentes de la investigación.

Garzón le preguntó que cuál era la base científica para llegar a la conclusión que se establecía en el informe de que la presencia de ácido bórico "lleva a la posibilidad de que el autor o autores de esos hechos estén relacionados". El perito respondió que "la casualidad".

Escribano reconoció que él había elaborado el informe y que sus compañeros Isabel López Cidad y Pedro Manrique -imputados también por delito de falsedad en documento oficial- se limitaron a firmarlo porque se fiaban de él y de sus investigaciones.

Pero Escribano dijo al juez que no conocía el informe ampliatorio 222-Q1-00 en el que se afirma que "el ácido bórico no es sustancia explosiva ni incendiaria" y luego añadió que la sustancia podría formar parte de la composición de algunos explosivos en una proporción del uno o dos por ciento.

El juez, al ver que modificaba sus declaraciones una y otra vez, le preguntó en qué se basaba para semejante afirmación, a lo que Escribano respondió que lo había leído en alguna parte.

Garzón quiso saber, si eso era así, por qué no lo había incluido en el informe, pero el perito precisó que no lo sabía en aquel momento.

El magistrado insistió en si esos datos habían sido descubiertos y publicados en la literatura científica con posterioridad a 2005, pero el perito replicó que lo desconocía.

Nuevamente, el juez volvió a insistir si el ácido bórico mezclado con otras componentes podría formar parte imprescindible de una bomba y Escribano destacó que no, que sirve para estabilizar sus componentes, especialmente los elaborados a base de aluminio en polvo y nitratos como el amonal o el amosal, utilizados en el pasado por ETA.

En esa tesitura Garzón preguntó: ¿pero a lo largo de su vida profesional se ha encontrado usted con esa mezcla? A lo que Escribano tuvo que reconocer que no.

El interrogatorio derivó a si el perito creía que la tenencia del ácido bórico por parte de Hassan el Haski era porque pudiera estar fabricando explosivos. Escribano se curó en salud y dijo que no podía afirmarlo, que se trataba simplemente de una "apreciación".

Sin embargo, a pesar de haber reconocido que nunca ha visto esa mezcla con ácido bórico ni que se ha usado nunca en España, Escribano volvió a encastillarse e insistió en que el ácido bórico puede ser utilizado para fabricar explosivos, extremo que había descartado al apreciar que su uso podría ser como estabilizante.

Todos los peritos de la Comisaría de Policía Científica que han declarado estos días ante Garzón han reconocido que el ácido bórico nunca ha sido utilizado en la fabricación de explosivos o incluso como conservante o estabilizante de los mismos en España.

Esa afirmación fue compartida tanto por el comisario de Policía Científica, Miguel Ángel Santano; el jefe de la Unidad de Análisis Científicos, José Andradas; y el jefe de la sección, Francisco Ramírez, como por los tres peritos, Manuel Escribano, Isabel López Cidad y Pedro Manrique, subordinados de los anteriores y que elaboraron el borrador en el que relacionaban a ETA con los atentados del 11-M, aunque con las precisiones mencionadas anteriormente respecto de Escribano.

El algo más de un kilo de ácido bórico que Hassan el Haski, jefe del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, inspirador de los atentados del 11-M tenía en su poder en la cocina de su vivienda de Lanzarote para matar cucarachas, determinó que Escribano lo vinculara con el hecho de que una pequeña cantidad de esa sustancia "llena de pelos" había sido encontrada cuatro años antes en un piso franco de ETA en Salamanca. El informe recogía también que esa sustancia había sido intervenida en 1999 en Madrid a un joven antisistema que había participado en la quema de un cajero automático.

Pero el ácido bórico es una sustancia legal que aunque teóricamente pueda servir como estabilizante de algún componente orgánico de explosivos, nunca se ha utilizado en España. Todos los peritos que depusieron ante el juez Garzón admitieron que en toda su vida profesional jamás han visto la utilización de esa sustancia en explosivos y que tampoco nunca ha sido utilizada en ningún atentado en España. De hecho, los peritos reconocieron que no se podría imputar a Hassan el Haski por delito de tenencia de sustancias explosivas por el hecho de tener ácido bórico.

Isabel López Cidad, una de los peritos firmantes del borrador original, aportó una serie de documentación sobre los posibles usos del ácido bórico, que según reconoció habían sido extraídos de Internet el día anterior a ser citados a declarar ante el juez. López Cidad y su colega Pedro Manrique confesaron que no habían buscado ni comprobado nada respecto del informe original y que simplemente se habían limitado a firmarlo por indicación de Escribano.

Nueva copia

También dijo que sólo hace unos días, a partir del 25 de septiembre pasado, supo por un informe extraído por un compañero de Internet que el ácido bórico podía ser utilizado para estabilizar artefactos pirotécnicos.

Los tres peritos admitieron ante el juez que no disponían del dictamen que habían elaborado en 2005 y que había merecido el reproche de su superior Francisco Ramírez, y que por tanto, cuando el jefe de la Unidad, José Andradas les pidió todos los informes que hubiera sobre análisis de muestras del sumario del 11-M, Escribano volvió a imprimir una nueva copia que les pasó a Manrique y López Cidad a la firma.

Por su parte, el jefe de la Sección, Francisco Ramírez, declaró ante el juez que los tres peritos se habían extralimitado en sus observaciones, aunque el análisis de la sustancia era correcto. Indicó que les pidió que rectificasen su informe porque las observaciones relativas al posible vínculo con ETA y el joven antisistema no tenía ningún rigor profesional y que Escribano se negó a hacerlo. Aseguró que el dictamen de los peritos nunca fue un documento oficial, pues él no dio el visto bueno, y que tenía facultades para reasignarse como perito, como así hizo.

Los tachones de 'típex' 

Madrid - El comisario general de Policía Científica, Miguel Ángel Santano, le entregó al juez Baltasar Garzón el libro de registro de muestras, de uso interno en la comisaría, del que El Mundo publicó una página haciéndolo pasar como el libro de salida de informes, que tiene carácter oficial. El libro de registro, de unas 200 páginas, fue abierto en julio de 2003 y en él aparecen, en reiteradas ocasiones, tachados con típex, sobre los que se han escrito otras anotaciones.

La explicación de esos tachones, según las declaraciones realizadas en la Audiencia Nacional, es que se trata de un libro de utilización interna y lo habitual es que, cuando se hace alguna modificación por parte de los peritos, se anota sobre lo borrado. El comisario Santano explicó que todos los funcionarios del laboratorio tienen acceso a ese libro y que la rectificación normalmente la hace el encargado del citado libro.

Santano añadió al magistrado que cuando vio que se publicaba en un diario una hoja del libro con un tachón temió que alguien pudiera hacerlo desaparecer, por lo que decidió hacerse cargo de él para aportarlo en los juzgados.

En la página 160, efectivamente, hay una anotación del 16 de marzo de 2005, parcialmente tachada, y seguida de una firma del perito, que corresponde a la de Pedro Manrique, perito que ahora está imputado, con dos compañeros, de falsedad.

Texto de José Yoldi publicado por el diario EL PAIS el domingo 1 de octubre de 2006. Por su interés informativo reproducimos íntegramente su contenido.


Garzón investiga si el informe del ácido bórico fue falseado por encargo 

Dos de los peritos ahora acusados ya descartaron en 1999 el uso explosivo del insecticida

Madrid - El juez Baltasar Garzón sospecha que el informe del ácido bórico que vinculaba a ETA con un islamista involucrado en el 11-M fue falseado por encargo. El magistrado, que ha imputado por falsedad documental a tres peritos de la Comisaría General de Policía Científica, ya sabe que los químicos eludieron escribir en su borrador de marzo de 2005 que el ácido bórico "no es sustancia explosiva ni incendiaria", tal y como quedó reflejado en un informe elaborado en 1999 por dos de los peritos ahora acusados durante la investigación sobre un militante antisistema en cuya casa se halló la citada sustancia.

Garzón continuará dentro de dos semanas las pesquisas sobre la supuesta falsificación del informe, con la toma de declaración de los tres peritos, ahora como imputados. El juez ha registrado sus puestos de trabajo en busca de nuevas pruebas para confirmar su decisión. Las fuentes consultadas aseguran que el magistrado sospecha que el informe de marzo de 2005 pudo ser falseado en julio de 2006 por encargo, una vez iniciada la campaña del PP sobre la supuesta ocultación de informes policiales que vinculaban el 11-M con ETA.

La pesquisa ha permitido determinar que los químicos desoyeron dos instrucciones de la Secretaría de Estado de Seguridad, la última de 1997, en la que se ordena a los peritos que se abstengan de incluir en sus informes "impresiones y apreciaciones subjetivas o de ineficacia esclarecedora". También ha permitido saber que dos de los peritos ahora acusados elaboraron un informe en 1999 en el que se decía que el ácido bórico no es una sustancia explosiva ni incendiaria.

Dicho informe fue elaborado tras la detención de Iván M. G., considerado un joven antisistema, que fue acusado y juzgado por quemar en 1998 un cajero automático en la calle de Biarritz, en Madrid. Sin embargo, en las observaciones del borrador de informe pericial ahora cuestionado no incluyeron la ineficacia explosiva del ácido bórico. El joven fue finalmente condenado a una multa de 45 euros por daños en grado de tentativa y la propia Audiencia de Madrid descartó el uso explosivo de la citada sustancia, universalmente conocida como insecticida y antiséptico.

El documento que incluía los vínculos de ETA, los antisistemas y el dirigente del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, Hasan El Haski, fue recuperado y firmado con fecha falsa el 11 de julio de este año. Días después, el PP empezó a acusar al Gobierno de ocultar informes sobre los vínculos entre ETA y el 11-M, a pesar de que en el sumario hay varios tomos, con miles de páginas, que descartan esa relación, también desechada por todos los servicios secretos del mundo.

El que era director general de la Policía cuando se produjo el 11-M, Agustín Díaz de Mera, quien ya divulgó en la Cope la supuesta ocultación de informes que relacionan el 11-M con ETA, divulgó ayer una nota a través del PP en la que asegura que es "rotundamente falso" que haya participado en una trama para falsear el informe. "Ni he participado en ninguna trama ni existe, dado que ni conozco a los citados peritos ni he hablado con ellos jamás". Por tanto, añade, "es imposible colaborar en ningún tipo de trama conspirativa".

LA GUARDIA CIVIL TAMPOCO VINCULA A ETA.

La Guardia Civil tampoco ha hallado rastro alguno de ETA en sus investigaciones sobre el 11-M. El documento reproducido contiene las conclusiones del instituto armado sobre la trama asturiana del explosivo y el atentado. Este cuerpo descartó desde el mismo día del atentado la autoría o implicación de ETA en la matanza.

Texto de J. A. R. publicado por el diario EL PAIS el domingo 1 de octubre de 2006. Por su interés informativo reproducimos íntegramente su contenido.


Escribano admite ante el juez que la relación que estableció entre ETA y el 11-M es una elucubración

MADRID. El perito Manuel Escribano Escribano, autor del borrador en el que se estableció una hipotética vinculación entre ETA y los islamistas del 11-M, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón que esta afirmación es una elucubración sólo basada en la coincidencia de que Hassan El Haski tuviera ácido bórico en 2004 y que un comando de ETA guardara esta misma sustancia en 2001.

Pese a reconocer que nunca antes en su larga experiencia en la Policía Científica había visto que el ácido bórico fuera utilizado por ETA para fabricar explosivos, según fuentes jurídicas consultadas por ABC, el especialista insistió en que esa sustancia podía ser interpretada como un nexo entre ETA y los autores de la matanza de los trenes en Madrid.

«Importantes» elucubraciones

En una declaración llena de contradicciones, Escribano llegó a mantener que lo que previamente había definido como elucubraciones sin rigor científico alguno -el establecimiento de un vínculo entre ETA y los islamistas a través del ácido bórico- eran mucho más importantes que la propia conclusión del dictamen, en el que se identificó como ácido bórico la sustancia encontrada en poder de El Haski. Es decir, en su opinión, tiene más importancia su elucubración que la conclusión científica del peritaje.

El perito -imputado junto a sus dos compañeros Isabel García Cidad y Pedro Manrique Manrique por falsificación de documento público- reconoció ser el autor del borrador así como de la polémica observación número 3 de ese documento, que dice lo siguiente: «Que dado lo poco frecuente en que esta sustancia [el ácido bórico] ha sido intervenida en hechos terroristas y a que nosotros ignoramos su verdadera aplicación en relación con estos hechos, existen varias posibilidades, tales como: conservante de los explosivos tipo orgánico, enmascarar el explosivo para no ser detectado por los perros especialistas en detección de explosivos etcétera, nos lleva a la posibilidad de que el autor/es de estos hechos estén relacionados entre sí y/o hayan tenido un mismo tipo de formación y/o sean el/los mismo/s autor/es».

Sobre esta «observación» gravitó parte del interrogatorio al que fue sometido el perito por el juez Garzón. El agente reiteró que le llamó la atención la coincidencia porque muy pocas veces había aparecido ácido bórico durante una investigación sobre terrorismo. Precisamente por esa razón, decidió incluir su hipótesis sobre la relación entre ETA y el 11-M.

Al ser preguntado por el juez sobre los usos que se pueden dar al ácido bórico, Escribano explicó que en la composición de algunos explosivos puede aparecer esta sustancia en un porcentaje del 1 ó 2 por ciento, por lo que pensó que los 1.300 gramos hallados en poder de El Haski podían tener esa finalidad. No obstante, el conocimiento que tenía sobre esta posible mezcla del ácido bórico con explosivos era superficial por cuanto reconoció que lo había leído en algún sitio, que no precisó. Más aún, admitió ante el juez que no incluyó este dato en el borrador de 21 de marzo de 2005 porque en ese momento lo ignoraba.

Pese a ello, las mismas fuentes señalaron que Escribano insistió en su tesis de la vinculación al indicar que la mezcla del ácido bórico con explosivos se suele hacer cuando éstos están constituidos por aluminio en polvo, material que se encuentra en el amonal y el amosal, que ETA emplea con relativa frecuencia. Pese a ello y pese a reconocer que a lo largo de su trayectoria profesional nunca ha detectado que ETA utilizara ácido bórico para cometer sus atentados, decidió incluir esas reflexiones en el borrador para que el juez [Juan del Olmo] lo supiera y valorara si tenía o no importancia para su investigación.

La perito también imputada, Isabel García Cidad, coincidió con Escribano al afirmar que éste había incluido en el borrador de 21 de marzo de 2005 la observación sobre los posibles vínculos entre ETA y El Haski porque le llamó la atención la gran cantidad de ácido bórico que el islamista tenía en su casa de Lanzarote. La agente también señaló que hace tan sólo seis días -el 25 de septiembre- tuvieron conocimiento a través de Internet de la posible utilización de esta sustancia como estabilizante en artefactos pirotécnicos. Hasta entonces, lo identificaban como una sustancia conservante, antiséptica y desinfectante.

Contradicciones

Sin embargo, la declaración de Escribano no coincide con la del tercer perito imputado -Pedro Manrique- en una cuestión llamativa: este último aseguró ante el juez que nunca recibió instrucciones sobre lo que debían o no decir sus informes científicos. Por el contrario, Escribano afirmó que sus superiores sí imparten indicaciones sobre cómo deben redactar los dictámenes, aunque suelen dar por bueno el trabajo que realiza cada perito. En concreto, el perito señaló que el jefe de la sección, Francisco Ramírez, le dijo que debía eliminar de su borrador las referencias a ETA, a lo que éste contestó que no estaba de acuerdo.

La perito García Cidad relató al juez que el pasado 11 de julio, el jefe de la unidad, José Andradas, pidió a Escribano que recopilara todos los informes correspondientes al 11-M. Fue en ese momento cuando los imputados se dieron cuenta de que no figuraba el que ellos elaboraron el 21 de marzo de 2005, así como una nota informativa que se hace en los casos de cierta relevancia. El documento debía estar dentro de un sobre color sepia en el que aparecía la inscripción «Estudio del Escribano». En ese momento, decidieron sacar de un archivo informático de Escribano el viejo borrador de 21 de marzo de 2005. Ese mismo 11 de julio de 2006, los tres peritos firmaron esa copia y se la entregaron a Andradas. Según declararon los imputados, adjuntaron una nota informativa en la que advertían que ese informe no lo habían encontrado dentro del sobre sepia.

Lo firmaron sin comprobarlo

La perito aseguró que su compañero Escribano era el encargado de redactar los informes -y así lo hizo con el del ácido bórico- por su mayor experiencia en materia de explosivos. Quizás por esta razón, el propio Escribano explicó al juez que cuando pasó a la firma de los otros dos peritos el borrador que sacó de su archivo informático el 11 de julio de 2006, éstos lo firmaron sin comprobarlo puesto que se fían de él.

García Cidad llegó a admitir que se limitó a firmar el documento sin realizar ninguna comprobación sobre los análisis de Escribano. Las fuentes consultadas recordaron que fue precisamente esta perito la que primero reconoció la falsificación del borrador, que se entregó a Andradas en julio haciéndolo pasar por un informe oficial.

Un perito asegura que nunca le han dado órdenes sobre el contenido de sus informes

MADRID. Lo declaró el viernes ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón: nunca, en los diez años que lleva en la Comisaría General de Policía Científica, recibió instrucciones de sus superiores sobre lo que debían o no debían decir los informes o sobre si debían o no contener apreciaciones subjetivas. Pedro Manrique Manrique, uno de los tres peritos imputados por un presunto delito de falsificación de documento oficial, fue meridianamente claro al explicar el procedimiento de trabajo que se sigue de forma habitual en esta unidad de la Policía.

Según fuentes jurídicas consultadas por ABC, del testimonio prestado por este especialista ante el magistrado se desprende sin lugar a dudas que los informes que se redactan por el personal destinado en esta Comisaría General se elaboran sólo a partir de criterios científicos y dejando al margen indicaciones que orienten las conclusiones de las pericias en uno u otro sentido.

Gran parte del interrogatorio al que fue sometido el perito se centró en el ácido bórico, la sustancia encontrada en diciembre de 2004 en el piso del marroquí Hassan El Haski, dirigente del Grupo Islámico Combatiente Marroquí al que se relaciona con los atentados de Casablanca y que ha sido procesado como autor intelectual del 11-M.

El interés del juez Garzón por aclarar las utilidades del ácido bórico se basa en el hecho de que el borrador (fechado el 21 de marzo de 2005), elaborado por el perito Manuel Escribano y firmado por Manrique e Isabel García Cidad, señala en la observación número 3 lo siguiente: «Que dado lo poco frecuente en que esta sustancia ha sido intervenida en hechos terroristas y a que nosotros ignoramos su verdadera aplicación en relación con estos hechos, existen varias posibilidades, tales como: conservante de los explosivos tipo orgánico, enmascarar el explosivo para no ser detectado por los perros especialistas en detección de explosivo, etcétera, nos lleva a la posición»

Texto de Nieves Colli publicado por el diario ABC el domingo 1 de octubre de 2006. Por su interés informativo reproducimos íntegramente su contenido.


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